miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Se Acabó la A H1N1?

Hace poco más de un año o casi dos, no recuerdo muy bien, estabamos ante el temor biológico más grande de los últimos tiempos: La gripe A H1N1 (prima-hermana de la A H5N1 o gripe aviar). La OMS no escatimó prevenciones ni alertas y casi que de inmediato declaró la pandemia.
Como siempre la realidad supera la ficción y al mejor estilo de las películas apocalípticas de Hollywood, en menos de una semana había colegios cerrados, tapabocas a 3 dólares c/u, transporte público y aeropuertos clausurados, medidas supremas y descabelladas de higiene y sobre todo: PÁNICO.
Pero la "solución" fue sorprendentemente más rápida aún: Tamiflu® (un profármaco antiviral contra la influenza cuya molécula original se llama Oseltamivir). Pero como quiera que el mércado de las drogas es sólo el cuerpo enfermo, se necesitaba más que sólo miedo, enfermos y una pastilla: Más miedo.
Fué así como los niveles de alerta de la OMS fueron pasando del nivel III, al IV, al V y finalmente al VI donde se supone que no hay un sólo lugar del globo terráqueo libre del deambular del virus.
Dicho virus A H1N1 se propaga como cualquier otro virus de gripe, es decir, persona a persona y por aspersión (saliva, estornudos, moco y la pronta manipulación de objetos contaminados con éstas sustancias).
Lo que no sabíamos muchos era que la extraordinaria solución para esta nueva gripe (Oseltamivir) era un hueso. Claro! Era el medicamento que desde 1997 Gilead Sciences desarrolló para combatir diversos tipos de gripe y que ya en el nuevo milenio, Laboratorios Roche se encargó de producir al por mayor para su comercialización; el mismo medicamento del que USA compró cientos de millones de dosis para combatir y prevenir la gripe aviar del 2000 en su territorio y que por supuesto nunca usó... La razón? De las supuestas 2 millones de muertes que iba a haber en "la yunai" relacionadas con la A H5N1 no hubo ni una sola... Conclusión: Se enhuesaron con el fármaco.
Pero como la salud la manejan los economistas y no los profesionales de la salud, era sólo cuestión de tiempo y oportunidad para salir de ése "hueso".
Aprovechando la nueva mutación del virus de la gripe, el impacto audiovisual generado por los medios y el MIEDO fue muy fácil recomponer la economía y el inminente debate que en los Estados Unidos se iba a generar por haber gastado multimillonarios recursos en un fantasma.
Hace una semana la OMS declaraba que ya estaba prácticamente superada la pandemia y que sólo había unos cuantos focos sin importancia en Africa y Asia; al mismo tiempo, en Colombia, el departamento del Tolima alzaba la voz pidiendo ayuda por el número creciente de casos y muertes por A H1N1 en los 4 últimos meses. Qué pasó? Volvieron los titulares, aunque ya nadie les presta la atención de antes, o sea: esa noticia ya no vende. ¿Por qué? Sencillo, no resultó ser ni tan pandemia, ni tan mortal, ni tan catastrófica como en un principio se pensó. No se puede negar que hubo muertes, desconocimiento y casos por la enfermedad causada por el nuevo virus, pero tampoco fueron tantos como esperabamos.
El virus H1N1 tiene semejanzas con algunos de los virus gripales que hemos tenido en los últimos 20 años, por lo cual existen personas que han pasado alguna gripe y están protegidos. Hay dos tipos de inmunidad que hacen que un organismo recuerde gripes pasadas y le otorgan protección frente a otras similares, uno es el de los anticuerpos y el otro es el de las células T. Esta es la razón por la cual no se produjo la grave pandemia que al principio se pensaba, pues el curso de la enfermedad está siendo bastante leve. De otro lado, los anticuerpos no reconocen más del 17% de las moléculas del nuevo virus por lo que la transmisión si es elevada. Por eso ahora se cree que quienes hayan pasado ya una gripe, sea cual sea, tienen un poco de inmunidad, pero a pesar de esto, la recomendación de vacunarse  debe mantenerse ya que la vacuna es la que va a inducir una respuesta de los anticuerpos que puede ayudar a eliminar contagios, cosa que la memoria del organismo por sí sola no ha conseguido y cosa que no puede hacer el Oseltamivir.

En Colombia, como en gran parte de América Latina, hay más enfermedades más comunes, más prevenibles y más curables que la gripe A H1N1 y que, desafortunadamente, causan más muertes y no logran tener la misma atención de los medios, es así como la malaria, el dengue, la diarrea y desnutrición, la meningitis, las diferentes neumonías y bronconeumonías conocidas y otras enfermedades que la gente cree desaparecidas, como la tuberculosis, dejan una estela decepcionante de muerte e incidencias. Si comparamos las estadísticas de nuestro país, es evidente que los casos de muerte perinatal (tanto para la madre como para el hijo) son hasta 6 veces mayores que las de los casos confirmados de gripe A H1N1, y eso que hay "programas" estatales desde hace años que intentan reducir el número de estas muertes perinatales, pero ninguna sale en noticias RCN o Caracol.

domingo, 1 de agosto de 2010

BUSCANDO ÉXITO

Quiero compartirles algo que me encontré, un escrito de mi papá, no sé de que año pero las hojas estan lo suficientemente amarillas como para aventurarme a decir que son más de diez.

EN BUSCA DEL ÉXITO
Una persona con mentalidad ganadora siempre estará en busca del éxito, donde quiera que esté la persona o el éxito.
Al éxito algunas veces hay que buscarlo en la ciudad, otras veces en los campos y bosques, en las montañas, en los ríos o en el mar; generalmente el sitio no es el más cómodo, puede tener un entorno que para conocerlo requiera de recorridos especiales, en zigzag, por ejemplo, o en círculos alrededor de un eje, que si lo entendemos bien nos señalará un camino recto.
En esa búsqueda de cazador, nos limitará nuestro accionar el frío de la noche, o el calor que quema del día. Muchas veces el cansancio nos hará detener para refugiarnos en el cuarto de la reflexión, para tomar desiciones como la de retroceder, o por el contrario, continuar la cacería.
El éxito hace parte de la condición humana y aunque a veces es difícil de lograr, cuando se obtiene, la recompensa es regocijante.
Muchos hombres en su búsqueda han fallado, puede ser por falta de pulimiento, por falta de experiencia o simplemente falta de relaciones.
La búsqueda del éxito es como una excursión, donde es importante para los hombres encontrarse como hermanos, que se observan en el diario ascenso, que necesitan apoyo mutuo y solidaridad.
El cazador de éxito debe demostrar un gran amor por la gente, sin descuidar la salud, la fuerza y el dominio de su entorno.
Para llegar al éxito es indispensable además gastar una gran cantidad de energía, para poder llegar hasta la cumbre. No se puede sucumbir a la pereza y se debe apartar del facilismo.
Hay que hacer planes y mezclarlos con las metas; dar gracias al creador por la luz del nuevo día; levantarse con deseos de vivir y "volar alto"; aceptarnos como somos, sentirnos audaces y tener el propósito de ser buenos para servir.

José Rafael Vergara Vergara (1944 - 2009)