jueves, 4 de julio de 2013

Religión y maricas. Religiones maricas.

A propósito de la reciente noticia de la organización cristiana gringa "Exodus International" dedicada a curar gays a punta de rezos, la cual cerró sus puertas pidiendo disculpas, básicamente porque sus rezos no sirvieron para un carajo y porque tuvieron una tasa de curación de sus clientes de 0.0%, les comparto mi historia sobre la vez que fui invitado a un panel de una iglesia cristiana en Montería y su intención de "curar" a un gay.

La invitación llegó por cuenta de una amiga que se encontraba haciendo estudios en el Centro Familiar Cristiano, me llamó comentando que iba a haber una "sesión académica" para tratar el tema de la homosexualidad y necesitaban el punto de vista de un médico. Habría un panel con una psicóloga, una trabajadora social, un médico (yo), y un pastor.
Llegué al sitio convenido a la hora acordada, un sábado luego de mi jornada quirúrgica. Eran como las 3 P.M., nos recibieron en un salón dispuesto para dar clases, me presenté con los otros panelistas y poco a poco fue llenándose el salón. Luego, alguien que hizo las veces de moderador nos presentó ante el auditorio y explicó que el motivo de nuestra presencia era responder la siguiente pregunta: ¿Podía curarse la homosexualidad?.
Intervinieron la psicóloga y la trabajadora social (que eran cristianas militantes) dejando en claro que la homosexualidad era una maldición y no necesariamente por culpa de quien la poseía sino porque tal vez un familiar cercano se debió haber portado muy mal hasta cuatro generaciones atrás, pero que la solución se encontraba en los caminos del Señor. Fue muy duro aguantar la risa al escuchar tanto despropósito junto. Cuando tuve la oportunidad de intervenir, desvirtué los argumentos de quienes me antecedieron explicando los innumerables ejemplos de la naturaleza homosexual y tratando de hacerles entender la diferencia entre una condición humana y una "maldición". También hice referencia a que no creía que la homosexualidad fuese una elección de vida, sino que hay un sustrato biológico fuerte que conlleva a la expresión de la homosexualidad en hombres y mujeres. Además, ¿Cómo curar algo que no es una enfermedad?
El auditorio fue muy participativo y tuve muchas preguntas a las cuales traté de responder en un lenguaje no muy científico.
Luego intervino el pastor, leyendo pasajes bíblicos y haciendo énfasis en el castigo divino y en la salvación a la manera cristiana. Al terminar el concepto de todo el panel y al mejor estilo de Laura en América, entró al salón un hombre con lentes oscuros, gorro y camisa manga larga desencajada. Era moreno y de contextura gruesa, medía 1,70 m. aproximadamente. La moderadora nos explicó que se trataba de un homosexual que llegó a la iglesia pidiendo ayuda, seguidamente el tipo empezó a contar su historia. Tenía casi 40 años, era el cuarto de 8 hermanos y el segundo varón, refirió que se crió en un hogar sano, católico y que nunca fue molestado o abusado sexualmente por nadie. Dijo además que al llegar a la pubertad empezó a notar en él un gusto exagerado y contínuo hacia el sexo masculino, lo atribulaba la idea de no ser el hombre que su familia creía que era, sin embargo, en silencio fantaseaba e ideaba su comportamiento homosexual. Dijo que su primera relación fue con un profesor de su bachillerato que le gustaba y que "hizo lo imposible hasta que se lo comió"; luego al alcanzar la mayoría de edad se fue de su casa y se dedicó a una especie de prostitución, refirió que era un mundo donde consumió todo tipo de drogas y alcohol y donde tuvo comportamiento bisexual de riesgo ya que contrajo varias enfermedades de transmisión sexual. Volvió a su hogar cansado de la vida desordenada y fue aceptado con su condición homosexual sin el más mínimo reproche o rechazo. Así vivió 20 años, pero de un tiempo para acá no estaba conforme con su sexualidad, pues había empezado a leer la biblia y sabía que ser marica no agradaba al dios del que hablan en ese libro. Buscó ayuda en varias iglesias católicas pero encontró rechazo en algunas y abusos en otras; esperaba encontrar soluciones en otros tipos de culto y por eso acudió a la iglesia donde se hallaba en esos momentos.
Todos los del panel pudimos hacerle preguntas a las cuales él respondió con una seguridad inquebrantable. Luego debíamos debía dar un diagnóstico y una solución, la mía (la menos popular) fue que asumiera que era gay, que no se sintiera mal por eso ni le prestara atención a las religiones y que fuera a hacerse exámenes de sífilis y VIH y que buscara tratamiento en su EPS en caso de ser necesario.
El pastor le dijo que se preparara porque lo iba a "curar" ahí y en ese momento.
Confieso que no me esperaba esa audacia del pastor, pero me causó mucha curiosidad y ansiedad ver un show de esos en vivo y en directo.
El pastor se puso al frente del tipo, sacó su biblia y le puso una mano en la cabeza. Empezó a leer con tono de reprimenda, le hablaba a varios "demonios" y con versículos leídos del libro intentaba expulsarlos del cuerpo de ese pobre hombre. Hasta ahí todo me pareció ridículo pero seguidamente el resto de los asistentes empezaron a murmurar rezos y reprimendas también, el ambiente se tornó tenso, los murmullos empezaron a volverse voces y las reprimendas gritos. Miraba al pobre gay que empezaba a tambalear. Pensé que ese pobre tipo atribulado por su situación y por no agradar al dios al cual sigue, debía estar pasándola muy mal. Un salón cerrado, con poca luz, un cuchicheo múltiple ya ensordecedor, un pastor maldiciendo para espantar a los "demonios" y saberse el centro de atracción de todo eso era la receta perfecta para una crisis de pánico o un shock emocional. Efectivamente, tipo no aguantó 10 minutos de ese ambiente tan malparido. Gritó algo ininteligible y quedó en brazos de alguien que ya esperaba su inminente caída de espaldas. El pastor con aire triunfalista declaró que el tipo estaba curado. El man empezó a reincorporarse lentamente y el auditorio a lanzar vivas y agradecimientos a dios. Luego salimos a un patio donde nos esperaban a todos con un refrigerio y algo de comer. Ya estaba oscureciendo. No pronuncié palabra alguna, me pareció que había presenciado un espectáculo terrorífico. Me despedí agradeciendo la invitación.
Eso fue hace más o menos un año.

Hoy, llegó el tipo a mi consulta, me reconoció, dijo quien era y con pena me contó que tenía SIDA diagnosticado hace pocas semanas, que siguió siendo homosexual, que decidió afrontar su sexualidad pero sin responsabilidad. Fue remitido para realizarle una biosia para confirmar lo que parece ser una tuberculosis ganglionar o sistémica. De aquel tipo fornido no había señales en este cuerpo de 45 kilos con muy mal pronóstico y de escasas semanas restantes de vida que estuve atendiendo.

Ignoro si todavía siguen "curando" gays en esa iglesia. Deberían buscar un rezo para todos (que los incluya a ellos también) que pueda curar la estupidez.

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