domingo, 21 de marzo de 2021

BREVE CRÓNICA DE UNA VACUNACIÓN COMPLICADA

Era cuestión de tiempo para que el plan nacional de vacunación mostrara sus dificultades. A pesar de lograr coordinaciones impensadas entre EPS, entes territoriales e IPS, la aplicabilidad de los lineamientos emitidos por el ministerio de salud en la práctica tiene muchas trabas, al menos en las regiones, es lo que se ha visto. El Bogocentrismo del gobierno no contaba con que las realidades del territorio ofrecieran barreras "naturales" para ejecutar el plan.


La idea de empezar por el personal más expuesto, como el talento humano en salud, y el más susceptible de morir: mayores de 80 años, tiene lógica, especialmente por la poca disponibilidad de vacunas y porque al tratarse de grupos específicos y pequeños en comparación con el resto de grupos etarios, se necesitaría aplicar menos vacunas para evitar más muertes en los mismos grupos, así lo indican los estimados de letalidad: para prevenir una muerte en mayores de 80 se necesita vacunar 75 adultos mayores, mientras que para impedir una muerte en el grupo de 17 a 50 años, hay que vacunar alrededor de 500 personas. Entendido eso y poniendo en marcha la ejecución nos encontramos con que las EPS debían proveer a las IPS vacunadoras con las bases de datos de sus afiliados para ubicarlos, agendarlos por la obligatoriedad establecida en lineamientos y poder aplicar la vacuna, situación inédita, ya que para la vacunación regular del Plan Ampliado de Inmunización -PAI- nunca se ha necesitado dicha agenda (y por lo cual Colombia es destacada con buenos resultados), y en ningún otro país del mundo el proceso tiene tantas reglas, resoluciones, decretos y circulares para empezar a vacunar contra Covid-19. Lo cierto es que dichas bases de datos expusieron ante todo el país lo que ya muchos sabíamos: las EPS no conocen a sus protegidos, no saben donde viven, no saben cómo viven, mucho menos saben localizarlos. Primer error del plan. De tal manera que así empezaron las IPS vacunadoras con esta "Carta a García": salir a buscar a alguien que no se sabe dónde está y mucho menos si existe. Las bases de datos de las EPS son pésimas, y bien lo anotaba el gobernador de Córdoba, aquí con tantas EPS liquidadas, las bases de datos "heredadas" por las que han quedado prestando servicio no son óptimas.


La realidad, al igual que la naturaleza, no es buena ni mala, es implacable, y en la Colombia de regiones, la rural y la dispersa, los planes del gobierno suenan muy bonito pero es el mismo gobierno quien los complica, y estos no se cumplen con la oportunidad que se merecen. Por otra parte, en la Colombia contributiva y la Colombia subsidiada los adultos mayores de 80 años enfrentan situaciones que se evidenciaron aún más diferentes al tratar de de acceder a la vacunación, toda vez que la gran mayoría de esta población necesita de terceros para llegar a una IPS vacunadora, de tal suerte que también hay que contar con el tiempo, el dinero y la voluntad de garantizar un desplazamiento de alguien más aparte de la persona que se quiere vacunar, ahora imaginen esta dificultad para las personas de estrato 1 y 2, casi totalmente pertenecientes al régimen subsidiado. Las IPS y los entes territoriales empezaron a notar pronto las fallas del plan: hay vacunas, hay donde ponerlas, hay quien sabe ponerlas, pero no llegaban esos mayores de 80 a quienes debían ponerlas. Empezaba a ser obvia la falla del agendamiento. Había que recomponer, las IPS y EPS empezaron campañas de recopilación y actualización de datos, los municipios y departamentos se organizaron y empezaron a exigir que las fases y etapas fueran más flexibles para poder llegar a más gente, el gobierno dijo que no, que había que atenerse al plan.


Por otra parte, se empezaron a conocer videos de errores en la administración de medicamentos, auxiliares inyectando con jeringas vacías pusieron a la gente a hablar de "carteles", se formó un escándalo nacional, afortunadamente quedó también en evidencia que error se subsanó de inmediato, no sé si por quedar grabado o por un auténtico mea culpa, lo cierto es que las autoridades deben investigar y establecer que se trate de un genuino error humano, si concluyen otra cosa distinta, estas personas y organizaciones deben responder y ser castigadas legalmente y con severidad. Este episodio fue sumando desconfianza en el proceso, aparte de la que ya venía haciendo carrera producto de la malinformación y desinformación desde el año pasado.


El proceso siguió lento, al punto de no sostener la meta inicial de 100.000 vacunas diarias, el gobierno no ha querido reconocer que el agendamiento fue una muy mala idea, sin embargo, algunos entes de control emiten declaraciones que así lo evidencian, la procuradora dijo que los mayores de 80 se podrán vacunar sin cita previa y a los pocos días el ministro autorizó que se empiece también con los mayores de 75 años, indiscutiblemente el plan A fracasó y estamos expectantes ante lo que pueda pasar con este plan B. Parece que el ritmo va a mejorar. A mi modo de ver, es una buena idea haber empezado por el grupo de mayores de 80, pero se ha debido echar mano masivamente de los grupos que asisten a programas de Promoción y Prevención de las IPS, toda vez que son personas que asisten regularmente a controles y se tienen más datos de contacto y localización.


El gobierno, preocupado por la baja cobertura, amenazó a las regiones con porcentajes inferiores al 51% de ejecución con no enviar más vacunas hasta no cumplir mejores indicadores, esto fue "de boca", claro está, así ha sido el estilo en el proceso de vacunación, emiten declaraciones pantalleras y sin sustento, olvidando que están obligados a cumplir con las segundas dosis de las personas ya vacunadas con la primera.


Montería lleva un porcentaje más que aceptable de ejecución y ha implementado una proactiva estrategia de rastreo para vacunar, creo que los resultados iniciales van a ser positivos, sin embargo veo que muchos lineamientos nacionales siguen complicando un proceso que debe ser simple.

Espero que en nuestro departamento se cumpla con decencia la administración de las dosis recibidas y logre superar los obstáculos en los municipios muy rurales y dispersos, también espero más seriedad del gobierno para con las regiones, el país no es sólo Bogotá y cada territorio tiene unas particularidades que exigen diferentes medidas para aplicar este plan nacional de vacunación.

lunes, 1 de marzo de 2021

LA PRIMERA LÍNEA

Por fin inició la vacunación contra Covid-19 en el territorio colombiano, se empieza a ver el final de la emergencia y la esperanza de superar este mal momento crece día a día.

Los países que nos llevan algún tiempo de ventaja en vacunación ya empiezan a ver disminuciones sostenidas en la presentación de casos graves y muertes, lo que nos confirma la alta eficacia de las vacunas.

En nuestro país las autoridades decidieron que los primeros a vacunar fuera todo el personal de primera línea, tanto talento humano en salud (THS) como personal de apoyo, para el monitoreo de esta decisión se contó con el portal web mivacuna, donde cada prestador de servicios realizó el proceso de inscripción de su personal priorizado.
Valga aclarar que la primera línea de respuesta a Covid-19 es un grupo amplio de trabajadores, técnicos, profesionales y especialistas. Estos desempeñan sus funciones en de forma extramural en la estrategia PRASS y en las áreas de urgencias, laboratorio, imagenología, hospitalización Covid, unidades de cuidado intensivo e intermedio y cirugía.

En algunas ciudades como Montería, el requerimiento de postulación se resolvió empezando por el personal de cuidados intensivos, me detengo aquí para explicar un poco el funcionamiento de las UCI, toda vez que han surgido malinterpretaciones y polémicas, alrededor de algunas personas priorizadas, por el desconocimiento de la actividad organizacional de estás áreas especializadas; lo primero es decir que no sólo laboran médicos en las unidades de cuidado intensivo, es indispensable el concurso de personal de servicios generales, camilleros, técnicos de imágenes, fisioterapeutas, vigilantes, técnicos de mantenimiento, ingenieros biomédicos, auxiliares de enfermería y de laboratorio, microbiólogos, virólogos, enfermeras jefe y estudiantes, que se exponen día a día, producto de su trabajo, al contacto permanente con pacientes con infección por sarscov2. Por otra parte, médicos generales, internos y residentes, intensivistas y una amplia variedad de otros especialistas intervienen ininterrumpidamente en las UCI covid. La división entre UCIs covid y no covid se hace para tratar de proteger a los pacientes críticos no covid de la exposición en un área compartida, por tal motivo, físicamente se decidió la separación de estos espacios, sin embargo el escaso personal especializado le toca moverse en ambas áreas, no hay de otra, no es un secreto que son pocos los especialistas médicos en Colombia y no se distribuyen en el territorio colombiano de forma homogénea. Todo paciente adulto o niño crítico, y los críticos por Covid-19 no son la excepción, necesitan el concurso de varias especialidades y subespecialidades médicas para manejar algunos aspectos de su condición, es así como neurólogos, infectólogos, cirujanos de tórax, internistas, cirujanos generales, neumólogos, radiólogos,  cirujanos pediatras, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, nefrólogos, anestesiólogos, pediatras, obstetras, neurocirujanos, cardiólogos, cirujanos plásticos, gastroenterólogos y cirujanos de cabeza y cuello son requeridos para resolver diferentes patologías a lo largo de todos los momentos de atención en UCI. Para ser más específicos, los cirujanos de cuello o los ORL realizan las traqueostomías, los nefrólogos implementan las diálisis, los plásticos resuelven las úlceras y escaras, los gastroenterólogos o cirujanos generales las gastrostomías, y así cada uno para una o varias intervenciones sobre los pacientes, siempre bajo la supervisión y acompañamiento de los intensivistas que son los responsables del servicio.

Enhorabuena el inicio de la vacunación contra COVID-19 en la ciudad y me alegra sobremanera que mis colegas de primera línea estén siendo priorizados correctamente bajo los lineamientos nacionales. Montería debe seguir siendo ejemplo nacional del plan de vacunación. Personalmente, y a título particular, me preocuparé por seguir el avance del plan en la ciudad y señalar cuando note alguna irregularidad. Por lo pronto felicitaciones a las autoridades departamentales y municipales por responder ante un cronograma sorpresivamente adelantado y hacerlo responsablemente.

miércoles, 27 de enero de 2021

Comunicación de riesgos, pandemia y vacunación.

Los efectos mentales de la pandemia por Covid-19 pueden aparecer no solo por el miedo a contraer la enfermedad y a morir, sino también por las medidas que se tomen para tratar de controlar el virus. Y no me refiero solo a los efectos mentales entendidos como enfermedad.

Desde 2018 se predijo que los más preocupantes desafíos de un próximo gran brote podrían no deberse a la falta de medidas preventivas, sino al "contagio emocional", que podría erosionar la confianza en los gobiernos, instituciones y personal científico y causar trastornos económicos y sociales. Por tanto, es muy importante comprender la relación entre la comunicación de riesgos y las respuestas psicológicas, especialmente en los momentos críticos de la pandemia, en el que las emociones y los comportamientos públicos en respuesta a la pandemia son volátiles.

En este sentido, los psicólogos del Laboratorio Conjunto Internacional de Ciencias Cognitivas y del Comportamiento (iLCBC) de la Universidad Normal de Zhengzhou en China llevaron a cabo una investigación sobre la relación entre las respuestas psicológicas y la comunicación de riesgos durante la pandemia de COVID-19 para responder estas preguntas:

¿Cuál es la reacción pública ante los brotes epidémicos en fases iniciales?
¿Cómo les afecta el intercambio efectivo de información sobre riesgos en tiempo real a lo largo del tiempo?
¿Cuáles son las características de estos efectos bajo diferentes intensidades de riesgo?

Los datos se recopilaron desde hace un año con intervalo medio test-retest de 16 días, al invitar a residentes de la comunidad de dos capitales provinciales: Wuhan y Zhengzhou.

Los hallazgos del estudio mostraron que la comunicación de riesgos mitigó la susceptibilidad al contagio emocional y que esta interacción tuvo una mayor influencia en Wuhan (la más afectada).

Además, las actividades de prevención fueron predichas por la calidad de la comunicación de riesgos, lo que sugiere que los comportamientos preventivos están estrechamente vinculados a la transmisión eficiente y oportuna de información relacionada con la epidemia.
Si vamos al panorama actual, yo diría que no solo a la información sobre el virus y su patología sino relacionados también con la vacunación.

Las voces que en Colombia reclaman información concreta sobre el inicio de la vacunación tienen en parte razón, el hermetismo daña la confianza en el gobierno y el ministerio de salud y eso a la larga puede producir daño sobre la misma población, ya lo sugiere la Encuesta Pulso Social del DANE: hasta un 40% de colombianos dice que no se quiere vacunar.

Según Cass Sunstein, abogado, investigador y profesor de derecho en Harvard dedicado al estudio de la economía conductual, quizás la posibilidad remota de resultar enfermo después de aplicar una vacuna destinada prevenir una enfermedad es considerada una "traición" intolerable y esto puede llevar a la gente a rechazar dicha vacuna, de tal manera que el aceptar la vacunación puede convertirse en el próximo gran obstáculo en la pandemia.
La comunicación del riesgo en la vacunación (y del beneficio, ni más faltaba) es un aspecto importante en el que a la academia y particulares se les nota entusiastas, no así al gobierno, y aunque no tiene mucho sentido conocer detalles exactos de lógica del mercado de las vacunas, lo mínimo a saber son fechas concretas de inicio, que de no informarse se sumará esta falta de datos a la "traición" mencionada por Sunstein, a las teorías conspiranoicas y podría aumentarse el número de personas que no quieran vacunarse.

Según el Dr. Zheng Jin, director del iLCBC, "los funcionarios que intentan evitar el caos o el pánico reteniendo información son más dañinos que el público que se comporta de manera irracional en una emergencia de salud pública", lo cierto es que es de esperarse que una buena planificación signifique un flujo de información abierto y honesto, desafortunadamente no estamos viendo eso en Colombia.

La ansiedad del momento puede crear resistencia a la comunicación de riesgos, sin embargo a largo plazo un mal porcentaje de vacunación efectiva puede crear un problema aún mayor en salud pública. Es el momento que el gobierno y autoridades sanitarias den más luces sobre la realidad del programa de vacunación contra Covid-19.