domingo, 24 de noviembre de 2013

EL BOOM DE LA CIRUGÍA PLÁSTICA

La sabiduría popular es implacable: “Lo barato sale caro”. Cuando se trata de procedimientos plásticos y/o estéticos no hay que escatimar en gastos y se debe elegir lo mejor dentro de un presupuesto sensato. No necesariamente lo más caro es lo mejor, ni siempre lo mejor es lo más caro, pero las características individuales de cada paciente son las que determinarán que tipo de procedimientos son los que le favorecen y a los que su fisiología mejor responderá y estas son decisiones que sólo un profesional íntegro e idóneo puede y debe tomar.

Cuando se trata de cirugías estéticas, elegir el sitio donde se va a realizar es tan importante como elegir el especialista que la va a llevar a cabo.

En nuestra querida Montería, el “boom” de la cirugía plástica no ha sido esquivo, contamos con unos excelentes cirujanos y unas excelentes instalaciones para practicar dichas cirugías, sin embargo, hay personas que no están preparadas para realizar estos procedimientos y mediante engaño “cautivan” a sus pacientes. En la página de internet de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP) www.cirugiaplastica.org.co se puede consultar quiénes son los cirujanos plásticos acreditados por esa Sociedad en nuestra ciudad. Son los doctores Sebá, Vellojín, Zakzuk, Berrocal, Cumplido, y Jesús Castillo. Adicional a los seis ya mencionados, sólo hay dos especialistas en Cirugía Plástica más en nuestra ciudad cuya vinculación a  la SCCP está en curso y por lo tanto aún no figuran en ese listado, son los doctores Juan Camilo Quintana y Alexandra Otero.

La Medicina Estética no es lo mismo que la Cirugía Plástica, ni los especialistas en Medicina Estética o Médicos Generales pueden realizar cirugías. Esto lo dejó claro la Resolución 1441 de mayo de 2013, sólo los médicos especialistas QUIRÚRGICOS podrán realizar Cirugías Estéticas. Asimismo, los centros de belleza, spas, salones de masajes, etc, NO son los sitios idóneos para realizar cirugías de ningún tipo o procedimientos invasivos de gran superficie. Los especialistas en Cirugía General tampoco son los profesionales idóneos para ejecutar procedimientos estéticos, pues no tienen la formación para resolver las posibles complicaciones de las cirugías plásticas y para todos estos procedimientos siempre se deberá contar con un Anestesiólogo con su respectivo equipo y quirófano debidamente habilitado ante la Secretaría de Salud departamental.

En Córdoba han ocurrido casos con complicaciones muy serias, producto de la práctica fraudulenta de la especialidad en Cirugía Plástica. A pesar de las denuncias legales y uno que otro reporte periodístico, los órganos de control en materia de Salud Pública no han sancionado a los responsables. 
El año pasado hubo una muerte por Imprudencia e Impericia, el “profesional” que realizó temerariamente los procedimientos no remitió a la paciente a manos calificadas y mucho menos a un servicio apto para tratar sus complicaciones, y aún así ni la famosa sanción social ha logrado evitar que ese “profesional” siga “ejerciendo”.

Hago un llamado a los colegas especialistas e instituciones certificadas y a las víctimas de estos teguas de la cirugía, para que denuncien los casos de que tengan conocimiento. También hago un llamado a las autoridades en materia de Salud para que con sanciones ejemplarizantes eviten que sigan los desenlaces desafortunados.

martes, 12 de noviembre de 2013

MALA PRÁCTICA ESTATAL

En estos agitados tiempos de manifestaciones, indignaciones y plantones en contra de la reforma al sistema de salud, se me ocurre comparar algunas causas (que son única y exclusiva responsabilidad del gobierno) con lo que se denomina mala práctica médica.
Es sabido por todos que cuando se inicia un proceso jurídico en contra de un médico o institución médica la condición humana pasa a un plano secundario y lo único que parece importar son los resultados. Independientemente de que se trate de humanos, los abogados y familiares demandantes siempre esperan que el resultado de las intervenciones sobre los enfermos sea algo benéfico, lógicamente, pero automatizado, como si la fisiología de nuestra especie fuese algo mecánico y no existieran las variables entre un individuo y otro.
Pues bien, ¿Por qué no cuestionar al Estado desde esa misma óptica?.
¿Dónde podemos encasillar la culpa de los gobiernos pasados y actual al implementar y manejar un modelo de atención en salud que nunca pudo operar tal como fue concebido?.

El Estado ha sido IMPRUDENTE. No fue capaz de prever que la operación del sistema por parte de los intermediarios que ordenó crear (las EPS), terminaría estafando y desfalcando al sistema. Aún a pesar de conocer el modus operandi de estas empresas, fue permisivo y hoy por hoy nos encontramos con que el sistema tal y como lo conocemos no es sostenible. Ha sido un Estado temerario que en su afán de componer el sistema a las carreras, y desde un punto de vista meramente económico, quiere implementar reformas que definitivamente no ayudan a buscar los objetivos de fondo, llevando a vivir la peligrosa incertidumbre que tenemos hoy.

El Estado ha sido NEGLIGENTE. Ha pesar de saber y de estar enterado de las fallas, tuvo más de 20 años de constantes y repetitivos errores que terminaron costando numerosas vidas. Por inobservancia, permitió la negación de servicios, a pesar de estar contemplados en los manuales de funcionamiento, esa fue una constante.

El Estado ha obrado con IMPERICIA. Lo común en la mayoría de los puestos administrativos que deben regir el sistema es que se nombren personas que no tienen ni el conocimiento ni la experiencia necesaria, pues la burocracia prima y hoy sólo se habla de proyectos de ley del talento humano para la parte asistencial, parece ser que para la parte administrativa pueden seguir complaciendo a los mismos politiqueros o "puesteros" de siempre.

¿El Estado ha operado con DOLO el sistema de salud? Lo dejo como pregunta. Creo que todos alguna vez hemos sido pacientes y cada quien opinará según le haya ido en esos menesteres.

La irresponsabilidad estatal es inocultable.
Cuando se trata de fallas que llevan a una presunta mala práctica médica, la comunidad y algunos medios de comunicación son implacables. Abundan los juicios a priori y nunca faltan los abogados y juristas voluntariosos para determinar las responsabilidades de los implicados.
Es una lástima que no se esté obrando de la misma manera para intentar reparar este perverso sistema o para al menos cuestionar este mediocre intento de reforma.

Lo fundamental para el sistema no deben ser las cifras ni los indicadores, aunque un sólo paciente bien atendido sea un universo de buenos indicadores, esto sólo es bien valorado si representa una disminución de costos a la operación económica. Los gobiernos le dieron  la potestad a las EPS de mirar a los pacientes como un activo, lastimosamente los tratan como si estos activos generaran sólo gastos y no consideran que deben ser objeto de inversión. No se han dado cuenta que siempre será mejor cualquier tipo de medicina preventiva. Es lógico que los administradores del sistema no lo vean así. No tienen la fibra holística que se adquiere en las facultades de medicina. Tal vez mi terquedad no me haga entender el porqué no le confiamos el manejo de un banco a un médico, pero si el manejo de un hospital a un economista. Debe ser que no poseo un sentido matemático de la vida. Es una falla para el sistema que me hayan educado para hacer sobre el paciente lo que haya que hacer, sin reparar en gastos. No todos los tratamientos son costosos, aunque para su diagnóstico se haya tenido que invertir mucho dinero en el conocimiento de quien lo diagnostica.

El origen de la obligación legal determina que desde el momento que un agente de la salud, acepta el ingreso de un paciente a un establecimiento público o privado o bien desde que comienza la atención de un paciente, nace un contrato de cumplimiento obligatorio y con dicho contrato se originan los derechos y obligaciones de las partes. El derecho del paciente a recibir la atención debida y la obligación de los profesionales de la salud a prestársela. A su vez nace el derecho de los profesionales a percibir una retribución por sus servicios y la obligación del paciente o del Hospital, o de la EPS a satisfacer dichos honorarios o retribución mensual convenida. Todos los profesionales de la salud desde Instituciones Médicas y médicos, hasta enfermeras y auxiliares que hayan participado en la atención de un paciente que resulte dañado, de acuerdo al grado de participación de dichos agentes de la salud intervinientes en el tratamiento, éstos pueden haber tenido distintos grados de responsabilidad en la efectiva producción del daño. La solidaridad en este sentido implica que todos y cada uno de los agentes intervinientes son individualmente responsables por la totalidad del daño ocasionado, siendo facultad del Juez, de acuerdo a las pruebas que se presenten en el proceso, atribuir o exceptuar a cada uno de los agentes de la salud intervinientes de un mayor o menor grado porcentual de responsabilidad en el hecho dañoso.
En ninguna parte se habla de ahorro de los gastos económicos. Además, ¿porqué no incluir en esta definición al Estado?.

domingo, 3 de noviembre de 2013

LA FORMA DE LA REFORMA

Se dice que todo texto, desde una simple frase hasta un libro o un tratado, llevan intrínsecos el fondo y la forma. Pues bien, por estos días es bastante comentada la famosa “reforma a la salud”, sus pocos pro y sus muchos contra, con ministro y Estado a favor, con gremios científicos y unos cuantos senadores rechazándola.
El fondo parece ser el bienestar biológico, sicológico, social y sexual de los colombianos, pero la forma no parece buscar ese bienestar. Una definición de reforma reza: “cambiar algo para innovar o mejorarlo”, ciertamente no se está mejorando nada. Hay innovación sin duda, cambiar el nombre a los verdugos del sistema es algo innovador, lastimosamente no es nada que lo mejore.

El comportamiento desfalcador y estafador de las Entidades Promotoras de Salud -EPS-, que en el futuro quieren denominar Gestoras, es muy probable que se perpetúe ya que esas mismas empresas actuales tendrían derecho a ser gestoras. Además se pretende legalizar el desfalco gracias a un juego de omisión de palabras que eliminarían el derecho a tutelar servicios y el acceso al sistema. Es una verdadera pena que a veces la acción de tutela sea la única alternativa para obtener los procedimientos, consultas o medicamentos. Son servicios que las EPS niegan a pesar de estar incluídos con pelos y señales en el manual de procedimientos que conforma el Plan Obligatorio de Salud. Hay auditores adoctrinados para no autorizar lo básico para resolver las patologías de los pacientes (disculpen mi terquedad al no llamarlos usuarios), pero bueno, es muy poco probable que un auditor, odontólogo o abogado de profesión, sepa si una cistostomía abierta es necesaria en una cirugía de corrección de enfermedades congénitas de los genitales, por ejemplo; lo más probable es que muchos de ustedes los lectores tampoco lo sepan; pero lo grave de ese hipotético caso es que esos auditores no se esmeran por estudiar y comprender los mismos manuales con los que trabajan.

Se necesita una reforma, si. Pero una reforma más al estilo de La Reforma, aquella que promovía Martín Lutero en contra de la Iglesia Romana, esa Reforma se oponía a que se vendieran indulgencias divinas para curar las almas. Lutero consideraba (y cómo no) que eso era una vil y evidente estafa. De la misma manera hay que oponerse a que las empresas gestoras lleguen a manejar, como lo vienen haciendo las EPS actuales, los recursos para la atención en salud de los colombianos.

El gobierno no parece entrar en razón y sigue haciendo avanzar su proyecto de Ley Ordinaria, a pesar de las múltiples advertencias, a pesar los muchos errores (no se sabe si adrede) que su redacción contiene. Es sabido que existe conflicto de intereses, pues senadores, alcaldes, gobernadores, presidentes y expresidentes tienen vínculos directos y económicos con las diferentes empresas que operan el sistema. Espero que aquellos con conflictos se aparten y dejen elaborar una reforma justa con todos los demás actores. Creo que espero mucho.

Escribo estas líneas como voz de protesta ante los tantos y tontos desatinos del ministro de salud. Espero que las asociaciones de pacientes, y comunidad sana en general protesten. Espero que de parte del gremio médico participemos de las marchas, plantones y paro de servicios no vitales que se han anunciado estos días y se vea el gobierno obligado a recapacitar.
Espero que del Estado respondan con una Contrarreforma (para seguir en el contexto histórico-religioso), como cuando la Iglesia Católica reconocía que había que reformarse pero no sabía cómo hacerlo, luego decidio conciliar con la Reforma Protestante de Lutero y llegar a acuerdos generales.
Así confío en que el gobierno buscará llegar a acuerdos sobre lo fundamental del sistema de servicios de salud, mirará con respeto y benevolencia el proyecto de Ley Estatutaria y logrará una salida que permita a la FORMA ser coherente con el FONDO.