viernes, 14 de octubre de 2011

Un problema que no se acabará (por ahora)

La industria de la belleza tiene su lado horripilante.

La muerte de cuatro mujeres en dos meses evidenció el problema que representa la falta de controles a quienes realizan intervenciones estéticas. En sondeo de EL COLOMBIANO (Medellín), la ciudadanía rajó a las autoridades de salud.
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El control a los centros que realizan procedimientos estéticos le está quedando grande a las autoridades de salud. Esta es la percepción de la ciudadanía, según un sondeo de opinión realizado por EL COLOMBIANO. Una mirada más cercana al tema parece comprobar que esta idea es también una realidad.

Hasta 1.464 días pueden pasar desde que un centro estético que ofrezca intervenciones "mínimamente invasivas" abra sus puertas hasta que reciba la primera visita de inspección de la Dirección Seccional de Salud de Antioquia (DSSA).
Cada tanto, en medio de un negocio multimillonario del cual se lucran médicos que han olvidado el juramento hipocrático, se suceden las muertes.

Para el 88 por ciento de los encuestados, las tres muertes conocidas por la opinión pública recientemente pudieron evitarse.

¿Dónde está el cirujano?
Una de estas muertes es la de Tatiana Andrea Posada. Su caso reveló una práctica que va contra los más elementales principios éticos de la medicina.
Carlos Alberto Ramos Corena es médico y, según su pagina web, también cirujano estético. Esta especialidad no es reconocida en Colombia. La sorpresa de la familia de Tatiana Andrea fue encontrar en su historia médica la firma de un profesional diferente a Ramos Corena, éste sí registrado ante la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica.
Dos testimonios concedidos a este diario por clientes de Ramos (ver recuadros) corroboran la denuncia que en los últimos días emitió el concejal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos: Carlos Ramos Corena jamás le confesaba a sus pacientes que él no era la persona tras el bisturí.
Después de desmontar una valla que promocionaba sus servicios en plena vía Las Palmas, esta semana el integrante de la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética clausuró su página web y cerró su consultorio, ubicado en el Edificio Forum.

EL COLOMBIANO buscó su opinión y la de la asociación a la cual pertenece pero no obtuvo respuesta alguna.
Para el concejal Guerra, lo más grave es que este no es un caso asilado. En su despacho reposan otros testimonios que involucran más profesionales, los cuales estarían haciéndose pasar por cirujanos plásticos cuando en realidad no lo son.
El buen nombre y la facilidad con la que Ramos Corena ofrecía sus servicios comprueba también que estas prácticas están lejos de ser clandestinas en Medellín. La pregunta que se hace Guerra Hoyos es por qué las autoridades de salud no han tomado cartas en el asunto.
"A mí me preocupa que la Secretaría de Salud se encargue solamente de ver si en una peluquería o en un gimnasio hay las toallas indicadas, si están sirviendo un tinto o un almuerzo", asegura.

Habilitación exprés
Verónica Jaramillo Vargas* trabajó en una de las tantas instituciones de la ciudad que ofrecen servicios estéticos para lo cual no están habilitadas.
A pesar de ser instrumentadora quirúrgica, el médico esteticista que la contrató le impuso la tarea de habilitar el centro ante la DSSA, un trabajo para un auditor en salud. Con temor de que el ente regulador descubriera las incontables y graves irregularidades practicadas en esta clínica, Jaramillo Vargas adelantó el proceso burocrático.
Muchos meses después Verónica no sale de su asombro: la DSSA jamás visitó la sede de este centro pero sí entregó la calcomanía que la habilita para prestar servicios estéticos.
El producto estrella de esta clínica se llama lipólisis láser, una intervención que allí ofrecían como "mínimamente invasiva". Todo lo contrario. Tras aplicar anestesia local -con lo cual estas clínicas deben tener anestesiólogo-, una cánula ingresa al cuerpo del paciente para extraer la grasa del cuerpo. Este procedimiento es, en realidad, una liposucción a todas luces ilegal.
"A la gente le dicen que no se preocupe porque la punta de la cánula es roma. Por más roma que sea la punta, una fuerza mal hecha puede perforar el peritoneo y todas las vísceras", revela.
El engaño también estaba listo si llegaba la DSSA. Esconder cánulas, usted dice esto y usted aquello. El guión estaba preparado. Otra mentira que le decían a los pacientes es que cuentan con convenios hospitalarios y de traslado de emergencia.
Si bien durante los meses que trabajó en esta clínica -que aún funciona- nunca ocurrió un evento adverso que pusiera en riesgo la vida de sus clientes, Jaramillo Vargas enumera las posibles complicaciones que no hubieran tenido una respuesta oportuna. Un embolismo pulmonar, una trombosis coronaria o un severo accidente cerebrovascular seguro hubieran terminado con la muerte del paciente.
"En un centro de estética no hay nadie que sepa de reanimación. No tienen carros de paro ni anestesiólogos", asegura.

¿Y las autoridades qué?
De las personas consultadas por EL COLOMBIANO, apenas el 16,4 por ciento considera que las autoridades de salud entregan la información necesaria para distinguir los aptos para las intervenciones estéticas.
Según el sondeo de opinión, la ciudadanía también raja a los responsables de vigilar este negocio en materia de controles. El 73,2 por ciento opina que éstos no se están adelantando, con lo cual se pone en riesgo la vida de los pacientes.
Esta percepción, anuncia el concejal Guerra Hoyos, afectará el negocio de las incontables instituciones que hacen las cosas bien: "Lo que se afecta es el cluster de la salud, la imagen de la ciudad. Realmente no hay una autoridad que ejerza de manera importante el control y la vigilancia. Llevamos seis años denunciando. Yo quisiera ver el primer médico en la cárcel... no lo veo".
La Secretaría de Salud de la Alcaldía de Medellín sostiene que la vigilancia de los procedimientos invasivos corresponde a la DSSA.
"No existen procedimientos mínimamente invasivos", advierte Pilar Pastor, secretaria de salud de Medellín. "Si están realizando procedimientos invasivos, no corresponde a los centros de estética. En esos casos se toma la medida necesaria que es la clausura temporal", complementa.
De lado de la DSSA, ente adscrito a la Gobernación departamental, se reconoce la necesidad de una normativa "mucho más estricta".
Paola Andrea Salazar Gallego, directora de la Dirección de Calidad y Red de Servicios, considera infortunado el proceso de habilitación que legalmente entrega avales antes de que su despacho visite los centros estéticos.
Además del plazo de cuatro años con el que se cuenta para esta verificación, este proceso tiene que ser anunciado por lo menos con un día de anticipación.
"El único servicio que se verifica antes de entrar en operación es urgencias", señala. Además, la funcionaria reconoce que su equipo de nueve personas es insuficiente para hacerle un seguimiento adecuado a los más de 10.000 centros del departamento que tienen que controlar.
Así las cosas, evitar más muertes por procedimientos estéticos queda prácticamente en manos de cada quien.
Las recomendaciones son las de siempre: verificar que el centro médico esté, más que habilitado, certificado por la DSSA -son dos documentos diferentes-; que el médico haga parte de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (ver recuadro) -puede consultarse en la página web www.cirugiaplastica.org.co-; exigir la presencia de un anestesiólogo antes y durante la intervención; consultar la idoneidad de los especialistas y centros estéticos en el teléfono 3839941, así como no escatimar en gastos.
En intervenciones estéticas, lo comprueban algunas de las tragedias recientes, lo barato sale muy caro.
*Nombre cambiado.

Plásticos contra estéticos.
Para la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y Reconstructiva (SCCPR), es claro que sus miembros son los únicos que pueden realizar procedimientos estéticos invasivos.
Las directivas de esta asociación han subrayado una y otra vez que la medicina estética no es siquiera reconocida como una especialidad en Colombia.
En efecto, no lo es. Gladys Arroyave, presidenta de la Asociación Científica Colombiana de Medicina Estética (ACCME), asegura que el gremio que ella representa está adelantando procesos de acreditación para que los estudios en el exterior sean reconocidos en el país. Sin embargo, la normatividad colombiana, reconoce que hasta el momento son médicos generales.
La presidenta de la ACCME advierte que los médicos estéticos son un apoyo para el cirujano plástico y que, de ninguna manera, pueden realizar procesos quirúrgicos. "Nosotros tenemos un ámbito diferente. Manejamos la parte de patología y otros métodos que son relativamente invasivos, : la hidrodermoterapia, la toxina botulímica, los implantes a nivel de piel con ácido hialurónico de cara".

Las víctimas del doctor Ramos Corena.
Una infección puso en riesgo su vida "En los momentos en que volvía de mi sedación, observaba lo que sucedía y escuchaba los vallenatos que sonaban en plena cirugía". Su primera sorpresa se la llevó al percatarse de que no le habían hecho la liposucción en los brazos y las piernas, como habían acordado.
A los pocos días de salir de su abdominoplastia con cambio de senos, intervenciones estéticas que le costaron diez millones de pesos, Catalina* se empezó a sentir muy mal. La razón: una infección a la altura de la vagina que empezó a supurar. "Yo chorreaba una cosa amarilla que olía maluco. Se me empezó a abrir mi cortada. Toda esa infección que yo tenía me empezó a salir por todas partes".
Catalina busco en reiteradas ocasiones al doctor Carlos Alberto Ramos pero él mismo y sus empleados le respondían con evasivas. La recomendación del "cirujano estético" fue que se internara en un hospital, para lo cual debía esperar su llamada y autorización. Ésta nunca llegó. Buscando su historia médica se llevó una sorpresa mayor. "Pregunto que si Carlos Ramos era socio de la Clínica La Aguacatala, y me dijeron que era falso y que a mí nunca me había operado Carlos Ramos. Que me había operado una tal (Lisbeth) Vincent, nombre que jamás había escuchado". El médico le ofreció dinero a cambio de la firma de algunos papeles que lo exoneraran de su responsabilidad pero Catalina no accedió.
*Nombre cambiado.

Falsificaron el consentimiento informado.
Desde hace ocho años María Antonia Vélez Zuluaga* tiene implantes mamarios. Este era el año de cambiarlos. En el consultorio, le pidió al doctor Ramos Corena que le mostrara sus trabajos previos. Éste llamó a una de sus asistentes para que le mostrara sus senos. "Pélale las tetas", dijo.
Luego vino un diagnóstico aterrador: "Esa prótesis está rota, se está comportando como un cáncer, se te está comiendo el músculo, vas a perder el seno". Carlos Alberto Ramos quiso hacer un favor: rebajar su tarifa, pero puso una condición. María Antonia se tenía que operar al día siguiente.
En el quirófano le insistió mucho en ponerle una prótesis de 700 gramos, a lo cual ella se negó. Eran mucho más grandes de lo que deseaba pero jamás le dieron las muestras para que eligiera la que más le acomodaran. Hoy no sabe qué tipo de prótesis lleva en sus pecho y en unos meses planea volver al quirófano solo para salir de dudas.
Una "marcación" abdominal que tuvo que pagar minutos antes de entrar al quirófano mientras Ramos Corena monitoreaba la consignación desde su teléfono, la dejó inconforme. "Quedó torcida", dice. Al reclamarle el médico, éste adujo que solucionaría el problema luego de que le desembolsara una alta suma de dinero. Lo más grave de todo, asegura María Antonieta, es que hasta la firma de su esposo en el documento que certifica el consentimiento informado fue falsificada.
*Nombre cambiado.

ANEXO: CARTA DE LA SOCIEDAD COLOMBIANA DE CIRUGÍA PLÁSTICA, ESTÉTICA Y RECONSTRUCTIVA A "EL COLOMBIANO"

Medellín, Antioquia, Octubre 13, 2011
Señores
PERIÓDICO EL COLOMBIANO
Ciudad

Respetados señores,

JUAN HERNANDO SANTAMARIA, mayor de edad vecino de Bogotá D.C, identificado con cédula de ciudadanía número 19.417.467 de Bogotá, obrando en condición de Presidente y Representante legal de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (SCCP), organización científico gremial, sin ánimo de lucro, de derecho privado, con patrimonio propio y personería jurídica reconocida por resolución del Ministerio de Justicia número 002689 del 28 de Julio de 1960, miembro activo de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Reconstructiva y la Federación Ibero Latinoamericana de Cirugía Plástica, me dirijo a ustedes y por su muy digno intermedio a los lectores de su prestigioso medio escrito de comunicación para realizar una serie de precisiones en relación con la, cuando menos desafortunada, comunicación enviada a ustedes por la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética.

1- Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética se auto define como “una Organización jurídica sin ánimo de lucro Profesional y Científica regente de los protocolos de los procedimientos de Medicina y Cirugía Estética. Nos comprometemos en mantener estándares de alta calidad y seguridad en atención de los pacientes y al público en general que así lo requieran. El ser miembro de la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética es de suma importancia para los cirujanos especialistas y médicos estéticos que practican la cirugía cosmética. La Asociación se formó por y para sus miembros, y está comprometida a proveer los servicios para incrementar el conocimiento en todo aspecto de la práctica de la cirugía cosmética. La Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética promoverá la práctica multidisciplinaria de sus miembros, en procedimientos cosméticos, en ambientes de cordialidad e intercambio de conocimientos interdisciplinarios.” (subrayas propias).
Como se puede evidenciar se trata de una sociedad de médicos no especialistas en área quirúrgica alguna, que de manera no legítima se arroga la función de ser “regente de los protocolos de los procedimientos de Medicina y Cirugía Estética”, función pública inherente al Ministerio de la Protección Social, que a la fecha, solo se ha delegado de manera parcial la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, entidad que en modo alguno avala a Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética, pues esta no ha evidenciado el soporte de académico y científico en su formación, pues sus miembros no han obtenido sus destrezas a través de especialización formal en institución de educación suprior de carácter universitario, con facultad de Medicina debidamente aprobada por el gobierno nacional, tal como lo ordena la legislación vigente, sino que han recibido entrenamiento a través de cursos de educación no formal, como diplomados, cursos y otros que, en nuestro país no autorizan el ejercicio de la cirugía plástica estética.

2. La Cirugía Plástica Estética no es una especialidad de carácter cosmético, pues como lo plantea el Profesor Jorge Cantini, “Para entender la Cirugía Plástica, es necesario hablar de armonía y dentro de este concepto incluir la ciencia y el arte; la ciencia en el sentido de manejar, conservar o recuperar la función, transferir y mantener viables los tejidos y el arte en el sentido de manejar la forma, logrando recuperar o mejorar el aspecto anatómico dentro de los parámetros estéticos, visualizando el resultado final. Por esta razón, la forma y la función son inseparables y siempre se tienen en cuenta en igual grado de importancia en una intervención de Cirugía Plástica. El término Plástica, involucra en su definición todo el ánimo de la especialidad, que es el de moldear teniendo en cuenta los principios de la ciencia y la belleza, lo funcional y lo estético, palabras estas que definen muy bien el sujeto y dan razón a un conocimiento integral, que es la Cirugía Plástica. Los adjetivos como estética, cosmética y otros, sí bien hacen parte de la misma, resultan por sí solos especulativos, conducen a confusiones y constituyen una división artificial de disciplinas quirúrgicas que son una sola. No hay que olvidar que fue la rama reconstructiva de la Cirugía Plástica la que dio origen a la rama estética de la misma. El término cirugía estética no es un término ajeno a la Cirugía Plástica, es un término que reconoce muy bien los principios de la misma formando parte del conocimiento integral de ella, siendo la razón de ser de la Cirugía Plástica. La estética es el factor permanente y esencial en la formación del cirujano plástico y lo va a acompañar por el resto de su vida. No olvidemos que la denominación genérica de la pintura y de la escultura, cuya esencia es la estética destinada a dar forma y vida a una obra de arte, es la de artes plásticas; en la misma forma lo es en medicina y cirugía la denominación de la especialidad destinada a recuperar y a mejorar la forma y la función, la Cirugía Plástica”. (subrayas propias).

3. La Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, así como la totalidad de sus miembros conocemos la existencia de la especialidad de medicina estética, especialidad clínica no quirúrgica, que ofrece la Universidad del Rosario en Bogotá, pero que en ningún momento enseña la cirugía estética como especialidad, esto puede verse fácilmente consultando el perfil académico a través de la Universidad del Rosario , además no tenemos conocimiento de que todos los integrantes de esta Asociación de Cirugía Cosmética, sean egresados de dicha universidad.

4. No obstante que la especialidad de Cirugía Plástica, al igual que la casi totalidad de especialidades médico quirúrgicas en Colombia no se encuentra reglamentada en Colombia, el Sistema Obligatorio de Garantía de la Calidad de la Atención de Salud (SOGCS) del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) que fue creado para mantener y mejorar la calidad de los servicios de salud en el país y establece, mediante el Decreto 1011 de 2006, cuatro (4) componentes: Sistema Único de Habilitación; Auditoria para el Mejoramiento de la Calidad de la Atención de Salud; Sistema Único de Acreditación y Sistema de Información para la Calidad. Considera que la CALIDAD DE LA ATENCIÓN DE SALUD es la provisión de servicios de salud a los usuarios individuales y colectivos de manera accesible y equitativa, a través de un nivel profesional óptimo, teniendo en cuenta el balance entre beneficios, riesgos y costos, con el propósito de lograr la adhesión y satisfacción de dichos usuarios y determina que para cumplir con este propósito es necesario contar con unas CONDICIONES DE CAPACIDAD TECNOLÓGICA Y CIENTÍFICA que no son otra cosa que las condiciones básicas de estructura y de procesos que deben cumplir los Prestadores de Servicios de Salud por cada uno de los servicios que prestan y que se consideran suficientes y necesarios para reducir los principales riesgos que amenazan la vida o la salud de los usuarios en el marco de la prestación del servicio de salud y dentro de este contexto se establece, de manera expresa que para habilitar los servicios de cirugía plástica estética se tiene que contar con recurso humano médico que acredite título de especialista en Cirugía Plástica reconocido por el Gobierno Nacional.

5. No es el objetivo de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva – SCCP- , demeritar la intervención y el ejercicio profesional de los especialistas en otorrinolaringología que realizan cirugía plástica facial o a los dermatólogos que realizan cirugía dermatológica, pues cada uno de ellos, posee título de especialización en su respectiva área. El propósito de la SCCP es llamar la atención de los pacientes sobre los médicos que sin ser especialistas, se amparan en la figura de una “Asociación de carácter profesional” sin sustento legal o normativo que no cuenta con sustento o soporte científico reconocido en la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.

6. Es importante aclarar que la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva – SCCP- en momento alguno ha planteado que las cirugías practicadas por un cirujano plástico no puedan presentar complicaciones, de hecho cualquier intervención quirúrgica puede tener complicaciones, pero en manos de un especialista estas complicaciones cuentan con una mayor posibilidad de manejo y resolución adecuados; contrario a la importante cantidad de pacientes que, intervenidos por médicos generales ingresan a centros hospitalarios , para atender complicaciones no manejadas de manera apropiada y que, desafortunadamente son más cada día en el país.

7. De manera adicional, y en consonancia con el acápite anterior, se puede inferir que buena parte del sub registro de las complicaciones asociadas a la práctica de procedimientos “estéticos”, en todo el País, obedece precisamente a que muchos de estos son realizados en pequeños consultorios adaptados como centros de cirugía, que por no encontrarse debidamente habilitados, imposibilitan el registro clínico de complicación de paciente quirúrgico.

Finalmente, es mi deber informar a usted y reiterar a la opinión pública que el compromiso ético de la SCCP abarca a todos sus miembros y que, por principio deontológico quien no actué dentro de los cánones de la ética, es sometido a juicio de pares en el seno los comités de ética seccionales y oficiosamente denunciado ante los Honorables Tribunales de Ética Médica normados por la Ley 23 de 1981 (Ley de Ética Médica); desafortunadamente, nos encontramos frente a algunos cirujanos plásticos, transgresores absolutos de las normas éticas, que avalan con su firma cirugías practicadas por médicos no cirujanos, que esgrimen conductas similares a las de médicos generales que atienden pacientes de cirugía plástica estética haciéndose pasar como especialistas reconocidos por una Asociación de Cirugía Cosmética, cuyo reconocimiento obra solo en el seno de sus propios integrantes.
Sin otro particular, reiterando el objeto misional de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva de avanzar en la ciencia y en el arte de la cirugía plástica estética y reconstructiva por medio de cirujanos plásticos calificados promoviendo y estimulando las normas de conducta ética y procurando el bienestar de los pacientes y la excelencia quirúrgica, servir al interés público y proporcionar la información oportuna y veraz concerniente a la cirugía plástica estética y reconstructiva, asegurando que la cirugía plástica estética mantenga su propia posición dentro de la especialidad de la cirugía plástica, me suscribo,
Cordialmente,

Juan H. Santamaría D.- MD
Presidente Nacional
Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva – SCCP-

jueves, 21 de julio de 2011

Historia Clínica de la muerte de Jesucristo (Apartes del libro Historia Clínica de Daniel López R.)

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La muerte de Jesús

Jesús, luego de los días de detención, es sometido al suplicio de los latigazos y la corona de espinas. Su condición clínica ya era crítica. Sin embargo, lo peor sucedió ese viernes a las nueve de la mañana, cuando lo crucificaron.

La condición clínica de una persona crucificada es cardiovascularmente comprometida. Por un lado, el intenso dolor del suplicio y la crucifixión producen disminución refleja de la presión arterial. A su vez, la pérdida de sangre por las lesiones de los latigazos, las espinas y el trauma de los clavos en ambas muñecas y pies condiciona también una disminución de la presión arterial por hemorragia. El corazón presenta un incremento en los latidos. Esta taquicardia busca compensar la disminución de la presión arterial. Este cuadro de hemorragia, disminución de la presión arterial y taquicardia condiciona el llamado “shock hemorrágico”. Se trata de una insuficiencia circulatoria donde la llegada de sangre oxigenada a los distintos órganos y tejidos se encuentra muy comprometida. De tal modo, los órganos nobles —tales como el cerebro, los riñones, el hígado y el propio corazón— reciben poca sangre y en consecuencia poco oxígeno, con lo cual se dificulta su funcionamiento. Este “shock hemorrágico” se asocia también a un “shock neurogénico”. En este último, los vasos sanguíneos, principalmente las arterias, se dilatan por un fenómeno nervioso reflejo provocado por el intenso dolor de la crucifixión.
Como consecuencia directa, la presión arterial baja. En este estado de colapso cardiovascular la piel se encuentra pálida, fría y sudorosa. La disminución de la presión arterial impide que los riñones funcionen correctamente, por lo que pierden su capacidad para filtrar la sangre produciendo una insuficiencia renal aguda. Como consecuencia, se acumulan sustancias tóxicas en la sangre. El shock circulatorio, asociado a la acumulación de sustancias tóxicas en la sangre, produce alteraciones neurológicas con modificación del estado de la conciencia (estupor, mareos y adormecimiento). A todo esto, el esfuerzo por respirar es intenso y dificultoso. Jesús debía “literalmente” pararse sobre el clavo de sus pies para poder respirar. La frecuencia respiratoria normal es de 12 a 14 respiraciones por minuto. Jesús, a esta altura de la condición clínica, debía respirar 30 o 40 veces por minuto en un intento por compensar la falta de aire y la insuficiencia circulatoria. Los movimientos respiratorios eran rápidos pero muy superficiales.

Claramente la respiración era insuficiente. Como resultado, la cantidad de oxígeno en sangre era baja y como contrapartida aumentaba la concentración de anhídrido carbónico (CO2). Esta acumulación de CO2 es muy tóxica y da un color azul-violáceo a los labios y a los extremos de los dedos. La entrada de aire a los pulmones era cada vez más dificultosa hasta hacerse  mínima. A esta altura también se presentaban problemas metabólicos. La acumulación de anhídrido carbónico y la insuficiencia renal y respiratoria terminan por producir “acidosis metabólica” (acumulación de ácido en la sangre).

La acumulación de la hemorragia, el colapso circulatorio y neurogénico, la disminución de la presión arterial, la insuficiencia renal aguda, la acidosis metabólica y, en última instancia, la asfixia por falta de oxigenación de la sangre y la incapacidad de eliminación del anhídrido carbónico de la insuficiencia respiratoria, termina en arritmias cardíacas severas, que condicionan el paro cardiorrespiratorio.

Así murió Jesús hace más de 2.000 años, a las tres de la tarde de un viernes.

Certificado de defunción
  • Paciente. Jesús
  • Sexo: Masculino
  • Edad: 33 años
  • Lugar de fallecimiento: Jerusalén
  • Año: 010
  • Día: viernes
  • Hora: 3 de la tarde
  • Motivo del fallecimiento: Paro cardiorrespiratorio traumático
  • Causa: Asfixia por crucifixión
Aquel día comenzó un nuevo calendario para la historia universal, un antes y un después de  Cristo. Para los creyentes también comenzó una era de fe.

Daniel López Rosetti es médico especialista en clínica médica y cardiólogo universitario egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Se especializó en el diagnóstico y tratamiento del síndrome del estrés. Es profesor titular de la cátedra de Psicofisiología de la carrera de Psicología de la Universidad Maimónides; director del curso universitario de Medicina del estrés y  Psiconeuroinmunoendocrinología clínica de la Asociación Médica Argentina y coordinador del gabinete de Medicina del Estrés y Psicobiología del Hospital Central Municipal de San Isidro. Es presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés (SAMES); miembro titular de la Asociación Médica Argentina; miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Es fellow del American Institute of Stress (Nueva York). Participa como disertante en congresos médicos locales e internacionales y publicó numerosos trabajos sobre su especialidad. Fue médico residente de clínica médica y docente de la I Cátedra de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la UBA. Presidió el I y el II Congreso Argentino de Medicina del Estrés, celebrados en la ciudad de Buenos Aires en 2001 y 2005. De su autoría son los libros Estrés, epidemia del siglo XXI, El cerebro de Leonardo y El estrés de Jesús. Es columnista sobre temas médicos de Telefe Noticias y de Radio Mitre.


Historia clínica
Daniel López Rosetti

Ensayo (Cienc,psic,hist,humor)
Páginas: 296 páginas
ISBN: 9789504926269
Formato: 15 x 23 cm.
Encuadernación: Tapa rústica
Sello: Planeta
Publicación: Mayo 2011

jueves, 19 de mayo de 2011

Y la responsabilidad social de la radio qué?

Desde hace algún tiempo las empresas tanto públicas como privadas vienen desarrollando lo que se ha denominado Responsabilidad Social Empresarial, que no es más que devolverle a la sociedad de consumo algo de lo cual dichas empresas se estén beficiando, deben ser obras, acciones, campañas o políticas útiles para la sociedad en que se encuentre enmarcado el accionar empresarial. La radio comercial de algunas ciudades del país promueve iniciativas populares, fundaciones propias o de terceros y/o obras de infraestructura que beneficien a la comunidad. Pero más que eso, lo que la radio le debe a la comunidad y a la sociedad en general es RESPETO. Suficiente tenemos con algunos locutores groseros, grotescos y chabacanes como para que ahora gracias al movimiento autodenominado "urbano" se abuse sin contemplación de la audiencia y sin un mínimo de pudor al programar temas explícitos, groseros y a todas luces inadecuados para los oyentes infantiles, ya sean oyentes habituales o incidentales. Tal vez pueda sonar anticuado, retrógrado o como quieran, pero no es solo el lenguaje vulgar de las ejecuciones lo que me preocupa, el constante maltrato al idioma al que esta expuesta la población en formación educativa y que al ser la radio y la música medios tan poderosos e influyentes, se pueda dar al traste o tergiversar el conocimiento que las juventudes están adquiriendo, algunas veces en forma ineficiente y terminado de empeorar con la desafortunada exposición a las pésimas programaciones y espacios radiales. "Eso en cuatro no se que", las "fugas" de gas y de agua (y de inteligencia también) y los "Tenía frío y tu me abrigasteS - He caído y tu me levantasteS" claramente envian un mensaje equivocado y peligroso a una población mal encaminada a la educación por parte de Estado y de sus acudientes muy seguramente. Es todo por el momento...