miércoles, 27 de enero de 2021

Comunicación de riesgos, pandemia y vacunación.

Los efectos mentales de la pandemia por Covid-19 pueden aparecer no solo por el miedo a contraer la enfermedad y a morir, sino también por las medidas que se tomen para tratar de controlar el virus. Y no me refiero solo a los efectos mentales entendidos como enfermedad.

Desde 2018 se predijo que los más preocupantes desafíos de un próximo gran brote podrían no deberse a la falta de medidas preventivas, sino al "contagio emocional", que podría erosionar la confianza en los gobiernos, instituciones y personal científico y causar trastornos económicos y sociales. Por tanto, es muy importante comprender la relación entre la comunicación de riesgos y las respuestas psicológicas, especialmente en los momentos críticos de la pandemia, en el que las emociones y los comportamientos públicos en respuesta a la pandemia son volátiles.

En este sentido, los psicólogos del Laboratorio Conjunto Internacional de Ciencias Cognitivas y del Comportamiento (iLCBC) de la Universidad Normal de Zhengzhou en China llevaron a cabo una investigación sobre la relación entre las respuestas psicológicas y la comunicación de riesgos durante la pandemia de COVID-19 para responder estas preguntas:

¿Cuál es la reacción pública ante los brotes epidémicos en fases iniciales?
¿Cómo les afecta el intercambio efectivo de información sobre riesgos en tiempo real a lo largo del tiempo?
¿Cuáles son las características de estos efectos bajo diferentes intensidades de riesgo?

Los datos se recopilaron desde hace un año con intervalo medio test-retest de 16 días, al invitar a residentes de la comunidad de dos capitales provinciales: Wuhan y Zhengzhou.

Los hallazgos del estudio mostraron que la comunicación de riesgos mitigó la susceptibilidad al contagio emocional y que esta interacción tuvo una mayor influencia en Wuhan (la más afectada).

Además, las actividades de prevención fueron predichas por la calidad de la comunicación de riesgos, lo que sugiere que los comportamientos preventivos están estrechamente vinculados a la transmisión eficiente y oportuna de información relacionada con la epidemia.
Si vamos al panorama actual, yo diría que no solo a la información sobre el virus y su patología sino relacionados también con la vacunación.

Las voces que en Colombia reclaman información concreta sobre el inicio de la vacunación tienen en parte razón, el hermetismo daña la confianza en el gobierno y el ministerio de salud y eso a la larga puede producir daño sobre la misma población, ya lo sugiere la Encuesta Pulso Social del DANE: hasta un 40% de colombianos dice que no se quiere vacunar.

Según Cass Sunstein, abogado, investigador y profesor de derecho en Harvard dedicado al estudio de la economía conductual, quizás la posibilidad remota de resultar enfermo después de aplicar una vacuna destinada prevenir una enfermedad es considerada una "traición" intolerable y esto puede llevar a la gente a rechazar dicha vacuna, de tal manera que el aceptar la vacunación puede convertirse en el próximo gran obstáculo en la pandemia.
La comunicación del riesgo en la vacunación (y del beneficio, ni más faltaba) es un aspecto importante en el que a la academia y particulares se les nota entusiastas, no así al gobierno, y aunque no tiene mucho sentido conocer detalles exactos de lógica del mercado de las vacunas, lo mínimo a saber son fechas concretas de inicio, que de no informarse se sumará esta falta de datos a la "traición" mencionada por Sunstein, a las teorías conspiranoicas y podría aumentarse el número de personas que no quieran vacunarse.

Según el Dr. Zheng Jin, director del iLCBC, "los funcionarios que intentan evitar el caos o el pánico reteniendo información son más dañinos que el público que se comporta de manera irracional en una emergencia de salud pública", lo cierto es que es de esperarse que una buena planificación signifique un flujo de información abierto y honesto, desafortunadamente no estamos viendo eso en Colombia.

La ansiedad del momento puede crear resistencia a la comunicación de riesgos, sin embargo a largo plazo un mal porcentaje de vacunación efectiva puede crear un problema aún mayor en salud pública. Es el momento que el gobierno y autoridades sanitarias den más luces sobre la realidad del programa de vacunación contra Covid-19.

 

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